CIBERCRIMEN

Seis leyendas urbanas sobre los hackers que son falsas

Crece la cibercriminalidad en España: el 18,3% de los delitos que se cometen se llevan a cabo en la red

Crece la cibercriminalidad en España: el 18,3% de los delitos que se cometen se llevan a cabo en la red, lo que supone un incremento del 13,8% respecto al año anterior

La cibercriminalidad no para de crecer: según los últimos datos del Ministerio del Interior, el 18,3% de los delitos cometidos durante el primer trimestre de este año tienen que ver con estafas informáticas u otros delitos cibernéticos, lo que supone un incremento del 13,8% con respecto al año anterior. Según Leticia García, Project Manager de Tokio School, escuela de formación enfocada a las nuevas tecnologías, "el auge de este tipo de crímenes tiene que ver con un uso de internet cada vez más extenso y aplicado a muchos ámbitos, como la comunicación, las redes sociales o, incluso, el consumo". 

Estos datos hacen pensar a muchos en los hackers como los principales causantes de este problema. Sin embargo, el perfil del hacker tal y como se suele concebir puede estar algo alejado de la realidad. Según Leticia García, "tanto los propósitos como los tipos de profesiones que tienen las personas que se dedican a cometer crímenes en la red pueden ser muy variados y el peligro podría estar más cerca y ser más común de lo que pensamos". En este contexto, entra en juego la función de la ciberseguridad. En una era digital como la actual, es crucial que las empresas e individuos inviertan en su seguridad en la red. 

Estar protegido en Internet pasa primero por un proceso de conocimiento previo en el que se deben desmentir muchos mitos que rodean el "mundo hacker". De esta forma, "tanto las empresas como los individuos pueden entender las distintas fuentes de peligro y comprender que la ciberdelincuencia no siempre se debe a las acciones de un señor encapuchado y vestido de negro que opera desde su casa", aclara Leticia García. Por esta razón, la Project Manager de Tokio School, escuela de formación enfocada a las nuevas tecnologías, desmiente 6 mitos sobre los hackers: 

  • Mito 1: "Los hackers son criminales". Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, las tareas de los hackers no siempre tienen que ver con acciones malignas. De hecho, existen muchos tipos de hackers, entre los que se encuentran, por ejemplo, los hackers éticos, que se dedican a llevar a cabo acciones para mejorar la ciberseguridad de las empresas y protegerlas de ataques cibernéticos. 
  • Mito 2: "Los hackers son personas que se aíslan y no socializan". La realidad es que no todos trabajan por su cuenta exclusivamente. De hecho, "muchos participan en foros en línea y forman parte de una comunidad participativa que les permite compartir sus conocimientos, fomentando así el aprendizaje", aclara Leticia García. 
  • Mito 3: "Todos los hackers tienen amplios conocimientos de programación". Es cierto que muchos poseen habilidades dentro de esta rama, pero no todos los hackers están especializados en todas las áreas: algunos pueden ser especialistas en seguridad de redes, ingeniería inversa o bien explotación de vulnerabilidades específicas. 
  • Mito 4: "El foco de ataque de los hackers siempre son las grandes empresas". Nada más alejado de la realidad: los ciberataques afectan tanto a administraciones públicas, como a grandes empresas, individuos y otras organizaciones. Según aclara Leticia García, "cualquier sistema conectado a internet puede ser vulnerable a ataques, independientemente de su tamaño". 
  • Mito 5: "Los hackers siempre usan malwares". Las técnicas de los hackers varían en forma y número. Algunos utilizan métodos de ingeniería social o técnicas de explotación de vulnerabilidades para acceder a sistemas y redes sin necesidad de utilizar un malware. 
  • Mito 6: "El principal motivo por el que se hackean los sistemas tiene que ver con motivaciones financieras". Al igual que las formas de atacar son muy diversas, también lo son los motivos por los que se atacan. Las motivaciones no solamente pueden ser económicas, sino también financieras o sociales.